Lo grupal, la cuestión de lo neutro - Apunte sin
puntos
El texto alude a la reducción vital de los grupos, cuando
desde las teorías o las técnicas, son reducidos a objetos de estudio e
intervenciones que tienen previsto un modo de lectura representacional o un fin
previsto de antemano.
Lo grupal acerca un modo de posicionamiento frente a esta
problemática. Habilitar espacios de disidencia y creatividad. Posibilidades
nuevas. (Recordar a De Brasi: la vida no debe detenerse, avanzar por los
senderos menos previsibles).
Esta mirada tiene una historia no terminada, siempre
presente: el movimiento de una época previa y posterior al último proceso
militar en la Argentina. Pero lo grupal no se reduce ni a sus pensadores, ni a
sus escritores, ni a aquellos que trabajan con grupos.
Algún antecedente (hay muchos): Deleuze y Guatari, en “El
antiedipo”
Lo grupal, en los grupos, habla a un oído atento: hay que
disponerse a escuchar un leve susurro o a un grito que estalla. Percibir un
movimiento que piensa subjetividad, política (la
cuestión del poder), angustia (ver: Angustia como
afección anticapitalista), deseo (que no se reduce al deseo edípico),
proximidades y distancias.
Desde esta posición se desfonda la idea de subjetividad. Se
trata de una lógica des representacional. No importa lo que ES en los grupos,
instituciones, comunidades, multitudes, sino lo que ACONTECE inesperado. (se
puede relacionar con la idea de la deSterminación).
LO le quita consistencia al sustantivo EJ: Es un grupo agresivo…. LO
agresivo del grupo (revisar clase teórica de Cintia). Lo infinito, los
infinitivos, son modos de enunciar lo deviniente. Las clasificaciones clausuran
y sancionan. Lo grupal descomprime y es por lo tanto resistencia.
Lo grupal habilita modos infinitos de pensar subjetividad,
estética, política y clínica.
Lo grupal acoge: lo otro del otro, lo otro del yo. Lo otro es
el diferir que late. Se acerca a la idea de lo inconciente como lo que se
enuncia (lo que late, lo que dice) en el enunciado.
Lo grupal expresa lo singular. Ni lo general (absolutos) ni lo
particular (clases dentro de los absolutos).
Lo neutro no puede reducirse a ningún opuesto. Pero no es la
negación al opuesto lo que importa sino la posibilidad que emerge cuando
habitamos ese lugar, sin aferrarnos a lo conocido o resignarnos al desconocimiento. (se
puede pensar el texto sobre la decisión, de Marcelo Percia).
Lo grupal es resistencia al sentido común: algunas ideas
estudiadas una y mil veces, repetidas una y mil veces, parecen verdades
acabadas. El sentido común es una forma acabada que se propone saberlo todo. Lo
grupal es resistencia a las ideas que se repiten, como ecos, y obturan el oído
sensible en la clínica.
Dentro de todo grupo hay tendencias que pulsan por lo igual:
uniformidades, normas que regulan, modelos a seguir. Pero también hay
tendencias que insisten en diferir: lo grupal anida en lo distinto, único, lo
no repetitivo, lo novedoso, no in causado, lo imprevisible, lo no instituido.
No hay lo grupal sin grupo. Ver el ejemplo del escrache. Pensar
en otros ejemplos en donde es lo colectivo el lecho de lo singular, colectivo.
Las técnicas de grupo son violentas cuando la implementación
supone un futuro previsible, cuando el intento es conducir, educar, gobernar,
disciplinar, someter al grupo a una lectura de lo que sucede, a una
interpretación de lo que pasa. Lo grupal siempre es resistencia a esas
enunciaciones, a esos establecidos.
El punto 22 es clave para la segunda parte de la cursada ya
que veremos intervenciones estéticas porque hay una sensibilidad presente en el
arte, que conviene admitir y recepcionar. (Escrache, acciones colectivas, son
amigas de esta propuesta. Ver “la modorra del monstruo” Percia)
Lo grupal es lo que insiste, frente a las regularidades de
los grupos, lo previsible de los conjuntos, el equilibrio de los colectivos.
Lo grupal a veces queda cancelado por las imposiciones de los
grupos PERO A VECES NO. A veces los grupos devienen efectuaciones de lo grupal.
Se liga a la idea de lo impersonal y lo pre individual.
Lo grupal es no sistemático, es ocasional, coyuntural, inútil
y lateral. No es necesario sino contingente, perece (muere) es efímero y por
ello, es amigo de lo milagroso.
Lo grupal es revuelta anti identidad (todo este tema, es para
pensarlo con los teóricos de Cintia sobre identidad, pertenencia, personal,
etc): lo neutro desbarata paradigmas SI/NO; Adentro/afuera, bueno/malo,
hombre/mujer, individual/colectivo, ausencia/presencia: lo grupal desbarata
todo tipo de identidad individual “yo soy” y grupal “nosotros somos”.
Allí donde el grupo es conjuro contra los miedos (pensar en
la apacible acogida cuando sentimos que somos parte de un grupo) lo grupal acoge,
recibe, es hospitalario con lo que allí, se teme. No se trata de un lugar
cómodo, sino del acogimiento de lo desconocido/temido/novedoso.
“Lo grupal no son los
grupos pero los grupos son imprescindibles para pensar lo grupal.” (Esta idea hay que retenerla: por eso
transitamos situaciones clínicas, grupales, estéticas, etc).
(“Los grupos interesan entonces, si posibilitan entrever algo
de lo grupal.”)
Pistas clínicas: punto
64: Lo grupal como ocasión para que en el relato de cada cual, acontezca la
posibilidad del diferir en uno mismo, oportunidad de una fuga de sí, huida
de la obstinada perseverancia de una representación (soy así, esta es mi
historia, esto me pasa porque…) Diferir en uno mismo es un modo de abrir paso a
lo o representado o ignorado de sí.
El punto 65 alude a varias cosas:
Por un lado el grupo habilita la dramatización del malestar y
es una forma de materialización o mejor, de congestionamiento en torno a la
cuestión del poder. Cualquier libro de dinámica de grupos, casi comienza por
vincular liderazgo y poder, estilos de conducción, comunicación y posibilidad
de influencia.
Percia apunta a la idea de la no transparencia del supuesto
“ser” o “ser del grupo”, en grupo. Se sugiere la lectura del cuento El Banquete
de Gombrowicz y el trabajo: “Lo intelectual como delirio de uniformidad”, en el
cual la autoridad, el rey, la estructuración y el orden en torno a un uno que
manda, que organiza, que oficia de referencia, que coordina, se exageran, desde
la inexistencia hasta la parodia. En los grupos, aunque se hable mucho, hay
cosas que están para ser calladas. Hay tendencia a la supresión de la resistencia,
al asentamiento de la mentira, al desalojo de cualquier misterio aún no dicho,
inquietante. Una cuestión ligada a los últimos tiempos es el vaciamiento de las
figuras de poder (reyes, dios, etc) y la producción social de figuras vacías,
desquiciadas, miserables. La figura de Hitler como conductora, se metaforiza en
ese cuento.
Por otro lado, Percia plantea algo conocido por quienes
alguna vez lo hemos intentado: Coordinar un grupo, tal como educar,
psicoanalizar y gobernar, son tareas imposibles (Freud).
Por último, el punto 66 es sólido y bello. Aporta varias
cosas, entre ellas, se asoma la amistad (Blanchot) como figura de la
clínica. Luz Barassi 2014
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