lunes, 14 de abril de 2014

Lo grupal, la cuestión de lo neutro - Apunte sin puntos
El texto alude a la reducción vital de los grupos, cuando desde las teorías o las técnicas, son reducidos a objetos de estudio e intervenciones que tienen previsto un modo de lectura representacional o un fin previsto de antemano.
Lo grupal acerca un modo de posicionamiento frente a esta problemática. Habilitar espacios de disidencia y creatividad. Posibilidades nuevas. (Recordar a De Brasi: la vida no debe detenerse, avanzar por los senderos menos previsibles).
Esta mirada tiene una historia no terminada, siempre presente: el movimiento de una época previa y posterior al último proceso militar en la Argentina. Pero lo grupal no se reduce ni a sus pensadores, ni a sus escritores, ni a aquellos que trabajan con grupos.
Algún antecedente (hay muchos): Deleuze y Guatari, en “El antiedipo”
Lo grupal, en los grupos, habla a un oído atento: hay que disponerse a escuchar un leve susurro o a un grito que estalla. Percibir un movimiento que piensa subjetividad, política (la cuestión del poder), angustia (ver: Angustia como afección anticapitalista), deseo (que no se reduce al deseo edípico), proximidades y distancias.
Desde esta posición se desfonda la idea de subjetividad. Se trata de una lógica des representacional. No importa lo que ES en los grupos, instituciones, comunidades, multitudes, sino lo que ACONTECE inesperado. (se puede relacionar con la idea de la deSterminación).
LO le quita consistencia al sustantivo EJ: Es un grupo agresivo…. LO agresivo del grupo (revisar clase teórica de Cintia). Lo infinito, los infinitivos, son modos de enunciar lo deviniente. Las clasificaciones clausuran y sancionan. Lo grupal descomprime y es por lo tanto resistencia.
Lo grupal habilita modos infinitos de pensar subjetividad, estética, política y clínica.
Lo grupal acoge: lo otro del otro, lo otro del yo. Lo otro es el diferir que late. Se acerca a la idea de lo inconciente como lo que se enuncia (lo que late, lo que dice) en el enunciado.
Lo grupal expresa lo singular. Ni lo general (absolutos) ni lo particular (clases dentro de los absolutos).
Lo neutro no puede reducirse a ningún opuesto. Pero no es la negación al opuesto lo que importa sino la posibilidad que emerge cuando habitamos ese lugar, sin aferrarnos a lo conocido o resignarnos al desconocimiento. (se puede pensar el texto sobre la decisión, de Marcelo Percia).
Lo grupal es resistencia al sentido común: algunas ideas estudiadas una y mil veces, repetidas una y mil veces, parecen verdades acabadas. El sentido común es una forma acabada que se propone saberlo todo. Lo grupal es resistencia a las ideas que se repiten, como ecos, y obturan el oído sensible en la clínica.
Dentro de todo grupo hay tendencias que pulsan por lo igual: uniformidades, normas que regulan, modelos a seguir. Pero también hay tendencias que insisten en diferir: lo grupal anida en lo distinto, único, lo no repetitivo, lo novedoso, no in causado, lo imprevisible, lo no instituido.
No hay lo grupal sin grupo. Ver el ejemplo del escrache. Pensar en otros ejemplos en donde es lo colectivo el lecho de lo singular, colectivo.
Las técnicas de grupo son violentas cuando la implementación supone un futuro previsible, cuando el intento es conducir, educar, gobernar, disciplinar, someter al grupo a una lectura de lo que sucede, a una interpretación de lo que pasa. Lo grupal siempre es resistencia a esas enunciaciones, a esos establecidos.
El punto 22 es clave para la segunda parte de la cursada ya que veremos intervenciones estéticas porque hay una sensibilidad presente en el arte, que conviene admitir y recepcionar. (Escrache, acciones colectivas, son amigas de esta propuesta. Ver “la modorra del monstruo” Percia)
Lo grupal es lo que insiste, frente a las regularidades de los grupos, lo previsible de los conjuntos, el equilibrio de los colectivos.
Lo grupal a veces queda cancelado por las imposiciones de los grupos PERO A VECES NO. A veces los grupos devienen efectuaciones de lo grupal. Se liga a la idea de lo impersonal y lo pre individual.
Lo grupal es no sistemático, es ocasional, coyuntural, inútil y lateral. No es necesario sino contingente, perece (muere) es efímero y por ello, es amigo de lo milagroso.
Lo grupal es revuelta anti identidad (todo este tema, es para pensarlo con los teóricos de Cintia sobre identidad, pertenencia, personal, etc): lo neutro desbarata paradigmas SI/NO; Adentro/afuera, bueno/malo, hombre/mujer, individual/colectivo, ausencia/presencia: lo grupal desbarata todo tipo de identidad individual “yo soy” y grupal “nosotros somos”.
Allí donde el grupo es conjuro contra los miedos (pensar en la apacible acogida cuando sentimos que somos parte de un grupo) lo grupal acoge, recibe, es hospitalario con lo que allí, se teme. No se trata de un lugar cómodo, sino del acogimiento de lo desconocido/temido/novedoso.
“Lo grupal no son los grupos pero los grupos son imprescindibles para pensar lo grupal.” (Esta idea hay que retenerla: por eso transitamos situaciones clínicas, grupales, estéticas, etc).
(“Los grupos interesan entonces, si posibilitan entrever algo de lo grupal.”)
Pistas clínicas: punto 64: Lo grupal como ocasión para que en el relato de cada cual, acontezca la posibilidad del diferir en uno mismo, oportunidad de una fuga de sí, huida de la obstinada perseverancia de una representación (soy así, esta es mi historia, esto me pasa porque…) Diferir en uno mismo es un modo de abrir paso a lo o representado o ignorado de sí.
El punto 65 alude a varias cosas:
Por un lado el grupo habilita la dramatización del malestar y es una forma de materialización o mejor, de congestionamiento en torno a la cuestión del poder. Cualquier libro de dinámica de grupos, casi comienza por vincular liderazgo y poder, estilos de conducción, comunicación y posibilidad de influencia.
Percia apunta a la idea de la no transparencia del supuesto “ser” o “ser del grupo”, en grupo. Se sugiere la lectura del cuento El Banquete de Gombrowicz y el trabajo: “Lo intelectual como delirio de uniformidad”, en el cual la autoridad, el rey, la estructuración y el orden en torno a un uno que manda, que organiza, que oficia de referencia, que coordina, se exageran, desde la inexistencia hasta la parodia. En los grupos, aunque se hable mucho, hay cosas que están para ser calladas. Hay tendencia a la supresión de la resistencia, al asentamiento de la mentira, al desalojo de cualquier misterio aún no dicho, inquietante. Una cuestión ligada a los últimos tiempos es el vaciamiento de las figuras de poder (reyes, dios, etc) y la producción social de figuras vacías, desquiciadas, miserables. La figura de Hitler como conductora, se metaforiza en ese cuento. 
Por otro lado, Percia plantea algo conocido por quienes alguna vez lo hemos intentado: Coordinar un grupo, tal como educar, psicoanalizar y gobernar, son tareas imposibles (Freud).
Por último, el punto 66 es sólido y bello. Aporta varias cosas, entre ellas, se asoma la amistad (Blanchot) como figura de la clínica.             Luz Barassi 2014







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