El silencio, las palabras, el ser, las atribuciones, los cuerpos.
Escribe Beckett:
"..Aún no ha sido dado establecer con el menor grado de precisión lo que soy, dónde estoy, si soy palabra entre palabras, o si soy el silencio entre el silencio, para no recordar sino dos de las hipótesis propuestas a este respecto.."
"..Si yo soy eso, y si eso no soy yo, qué es eso, y qué es eso, no veo nada más, de momento, sí, sí, concluyo, no está establecido (..) esta es la cuestión, el tiempo y yo, hacen dos, pero uno se lo puede preguntar, por qué no pasa el tiempo, así, para hacer memoria, de pasada, para pasar el tiempo, creo que esto es todo, de momento, no veo nada más, ya no veo nada, de momento.."
"..Mejor, prestarme un cuerpo. Mejor aún, atribuirme un espíritu. Hablar de un mundo mío, también llamado mundo interior, sin perder el resuello (...) muriéndome de soledad y de olvido, hasta el punto de llegar a dudar de mi existencia, y aún, hoy, no creo ni un seguro en ella, de modo que debo decir, cuando hablo: «El que habla», y buscar, y cuando busco: «El que busca» y buscar, y así sucesivamente.."
"...pues las cosas que ocurren necesitan de alguien al que le ocurran, es menester que alguien las detenga (...) hubiera querido perderlo, hubiera querido perderme, quisiera perderme como en otros tiempos, en los tiempos en que tenía imaginación, cerrar los ojos y hallarme en un bosque, o en la orilla del mar, o en una ciudad en la que no conocía a nadie.."
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