GRUPO
DOCUMENTO
Declaración
Somos
psicoanalistas que hemos renunciado a nuestra condición de miembros de la Asociación Psicoanalítica
Argentina y de la
Asociación Psicoanalítica Internacional. La presente
declaración tiene por objeto fundamentar las razones que nos condujeron a tal toma de posición que, si
bien se concreta en este momento, debe ser entendida como parte de un proceso
signado por la crisis en que se halla el Psicoanálisis y la institución que
hasta hoy aparecía representándolo. Esta crisis es cualitativamente diferente
de otras previas. Para poder entenderla debe ser referida al contexto
socio-económico en que se da. Por ello consideramos inseparable nuestro
cuestionamiento a la APA
de un proyecto político mínimo en el que se exprese la reinscripción del
Psicoanálisis en condiciones diferentes. Nuestra disidencia con la APA es de base y nos
compromete en un examen que nos abarca también a nosotros, y que nos obliga a
replantear cuál es nuestro papel como profesionales de un campo específico -el
Psicoanálisis- en el proceso de transformación de nuestra sociedad. Nuestra
renuncia forma parte de un proyecto global que intentamos otorgue coherencia a
cada una de nuestras acciones.
La crítica a la APA que desarrolla el grupo documento no está
dirigida a personas en particular sino a la institución como tal, y sería
parcial y superficial si se la entendiera como destinada simplemente a una
asociación profesional que simplemente "funciona mal". La APA en realidad es coherente
con un sistema social del que reproduce, dentro de las características que le
son propias, sus relaciones de explotación, sus privilegios y los métodos de
deformación y represión de cualquier pensamiento cuestionador.
Por otra parte, la orientación dominante de la APA consiste en desarticular
al Psicoanálisis del resto de las disciplinas científicas. Lo convierte así en
una especie de superciencia que se basta a sí misma y que pretende explicar a
las demás, cayendo de esta manera en una verdadera deformación epistemológica,
bajo el pretexto de preservar una supuesta pureza del Psicoanálisis. A esta
concepción estrecha en el plano teórico, corresponde una práctica igualmente
limitada: no se han profundizado las múltiples aplicaciones de la teoría
psicoanalítica en otros campos de actividades distintas del Psicoanálisis
individual, lo que en el interjuego entre praxis y teoría, hubiera permitido
abrir nuevas perspectivas de desarrollo para esta última.
El valor social del Psicoanálisis no está dado por
los pocos individuos a los que se pueda asistir, sino por ofrecer un cuerpo
teórico cuya elaboración permitiría crear instrumentos terapéuticos para
grupos cada vez más amplios de la población. Además desde el punto de vista de
la salud mental los psicoanalistas deben asumir su limitación actual para dar
solución al problema de grandes masas de población.
Por todo lo dicho creemos que el problema no reside
en proponer modificaciones formales a una institución, cuyas posibilidades de
cambio en el plano científico e ideológico están limitadas por su forma de
inserción social.
Nuestra renuncia debe ser contextualizada en
relación con el momento actual del movimiento psicoanalítico íntimamente
ligado a las condiciones existentes en nuestro país. La separación del grupo
plataforma, que también actuaba dentro de la APA , constituyó un hecho político que contribuyó
a acentuar una polarización ya existente en el movimiento psicoanalítico,
polarización de la que fueron ejemplificaciones nuestras sucesivas acciones
dentro de la institución. Ante la nueva configuración abierta, nuestra ruptura
con la APA apunta
al fortalecimiento del amplio movimiento integrado por individuos y grupos
que, más allá de las diferencias tácticas circunstanciales, tiendan al rescate
del Psicoanálisis poniéndolo al servicio de una meta compartida: el
advenimiento de una Sociedad Socialista.
En el orden nacional nuestra decisión se ubica en el
proceso de agudización de las contradicciones existentes entre los sectores
que detentan el poder económico-político y masas de la población cada vez más
amplias. A la crisis estructural en el plano económico-político, determinada
por los problemas no resueltos de un país dependiente de los grandes
monopolios, se le suma una coyuntura que deja un margen estrecho de juego para
los esquemas tradicionales de las clases opresoras. Esto ha determinado que las
formas de represión adquieran inusitada violencia. Las clases dominantes
presionan ideológicamente en forma creciente en todos los niveles de trabajo
científico: sólo se acepta una ciencia que al negar las determinaciones
socio-económicas, se pone conciente o inconscientemente, al servicio del
mantenimiento del sistema. La tendencia es a cristalizar estructuras académicas
que cumplan ese fin. A pesar de ciertos valores humanos y científicos
reconocibles, la APA
es un ejemplo de las consecuencias a las que conduce la captación de una teoría
científica, revolucionaria en su comienzo, por parte de un sistema que coarta
todo pensamiento Nuestra inserción como profesionales en una estructura
socio-política así caracterizada, hace utópica cualquier pretensión de
autonomía en nuestra práctica. Rechazamos la falacia de la neutralidad
postulada como desideratum para el científico, ya que consideramos que el
apoliticismo no es nada más que un aval para el sistema, pleno de significado
político.
Nos es claro que al alejarnos de APA sólo estamos en
el punto de partida de un trabajo y una acción que serán en definitiva los que
darán un real sentido a este pronunciamiento.
GRUPO DOCUMENTO: Diana Etinger de Álvarez, Hugo
Bellagamba, Marcos Bernard, Hugo Bleichmar, Emilce Dio de Bleichmar, Santiago
Dubcovsky, Carlos Kaplan, Raquel Kielmanowicz, Ignacio Maldonado, Julio
Marotta, Aldo Melillo, Lea Rivelis de Paz, Aída Dora Romanos, Jorge Rovatti.
Leopoldo Salvarezza, Fanny Elman de Schutt, Jaime P. Schust, Horacio Scornik,
Gilrberto Simoes, Raquel Kozicki de Simoes, Femando Ulloa.
Fuente: Los Libros, número 25, marzo de 1972,
pp. 5-7
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