lunes, 1 de septiembre de 2014

Punteo 1-9

Interioridad. Idea que nos arroja posesivos. Mi idea, Mi clase, Mi facultad
¿Qué pasa si desujetamos? ¿Se posará algo sobre los cuerpos?
¿Cómo habitamos la vida? ¿Como hablantes hablados, cuerpos afectados por figuras que lo conmueven?

Las formas de estar en el mundo hacen advenir un quién. No hay sujeto antes de la acción.
Acontecimiento que hace advenir un quien.
Figuras que hablan en un cuerpo, figuras que capturan y hacen hablar un cuerpo, moldean formas de estar en el mundo.
Clínica para acercarse a los acontecimientos que atraviesan un cuerpo.
Producción de subjetvidad, maneras de estar en el mundo y dejarse atravesar.
Sujeto, configurado por lógicas
Deslizar el foco... ¿Como vivir con el disciplinamiento de estas lógicas?
¿Martillar una lógica para vivir sumergido en otra? No se trata de vivir sin las ideas de ser, sujeto, si mismo, sin las ideas de unidad, de representacion, propiedad, sino de preguntarse cómo seria la vida sin ellas. El error útil. (por ahora)
El movimiento y la multiplicidad de las figuras como intervención.
Preguntar: ¿Quien habla en ese cuerpo? ¿Que figuras hablan en ese cuerpo?
Buscar, estar disponible para las afectaciones aun sabiendo que en el cuerpo también radica la fabula, medida del ser.
Lo político operando para producir cambios en la forma de habitar. Ruptura y discreción de la condición automática de lo único y del ser. Adviene lo múltiple. La porosidad. Cuerpos porosos, intensidades que conmueven un cuerpo, costado que habita múltiples posibilidades.
Devenir psicología. Pliegue, repliegue, despliegue de lo psicológico.
Potencia. Tensión de la idea del ser. Advenimiento de lo múltiples. Intervenir hace amistad con la potencia.
Imaginario que gobierna una existencia, sujeta y adoctrina un cuerpo.
"Vivir en el mundo de las sujeciones"
No hay un por fuera del lenguaje, estamos todos adentro, vivimos sujetados.
Ofrecer-se como pasaje. Vivir sin la condena de SER algo, condena de la violencia atributiva. Vivir intentando desujetarse.
El lugar del quién: vacío, ausencia. Allí radica lo múltiple.
La responsabilidad hace advenir un quién. No se trata de cuerpos que cargan con el ropaje de la responsabilidad, sino de la responsabilidad arrojando ficciones que penetran cuerpos y que hacen advenir un yo-responsable.
Vivir no siendo, no siendo ningún atributo, vivir atravesado por múltiples figuras.
Lo que sustantiviza, condena. Empuja a un cuerpo a cargar con ello. Dicen algunas voces reunidas: "Yo soy alcohólica".. "Yo soy adicta".. "Yo soy obesa". En la oración: "Yo soy alcohólica" el atributo se enquista junto al ser, inmóviles y fijos permanecen, simulan una ilusión: un Yo que existe desde antes. La violencia atributiva es amiga de lo policial del lenguaje. El calificativo copula con el ser, adquiere género y numero para configurar ficciones.
¿Como jugarle trampas al lenguaje? Lo neutro nos permite acariciar lo inclasificable, lo no genérico. En el texto "Lo grupal, la cuestión de lo neutro", se lee: "Lo neutro es una astucia para escapar de los lugares fijos que el lenguaje nos impone" (...) Lo neutro es un ardid para pensar con la lengua sin encallar en sustantivos establecidos: un modo de escapar de las contundencias cerradas del no y el . Una cosa es una negación (o una afirmación) absoluta y otra es una negación (o una afirmación) infinita: si lo absoluto ejerce el poder de la clausura (no hay nada fuera de mi negación o de mi afirmación), lo infinito llama o sigue las pistas de lo que huye inclasificado..."
Estallar la idea como atributo permanente. Las ideas que aprisionan. Las ideas de unidad, si mismo, ser como medidas que intentan encerrar lo inconmensurable de una existencia.




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